La era de la inteligencia artificial nos plantea un desafío ineludible en todos los ámbitos de la vida, con transformaciones que ya son visibles en los sistemas de salud, pero no tanto aun en los sistemas de educación. Pero es urgente. «Hoy el desafío no es solo actualizar los contenidos, sino también repensar el paradigma educativo: fomentar una educación flexible, interdisciplinaria y orientada a la innovación continua. La educación post-IA no solo debe preparar para los trabajos del presente, sino sobre todo para los desafíos del futuro, donde la colaboración entre humanos y máquinas será la norma.», señala German Pardo, Founder y CEO de Ipatagonic, autor de la siguiente columna de opinión:
«La educación post-IA: ¿Estamos enseñando lo correcto?«
La forma en que educamos a las futuras generaciones de profesionales tecnológicos está en plena transformación. La velocidad con la que avanza la IA y su integración en distintas industrias nos obliga a cuestionar si los sistemas educativos “tradicionales” están preparando realmente a los talentos que el mercado demanda.
Durante años, las carreras de tecnología se centraron en habilidades técnicas específicas: programación en lenguajes tradicionales, administración de sistemas y desarrollo de software. Sin embargo, con la irrupción de la IA, emergen nuevos perfiles que combinan conocimientos técnicos con habilidades humanas, de negocio y de innovación. Algunos de los nuevos puestos en tecnología incluyen:
- Especialistas en IA aplicada: que no solo crean modelos, sino que los integran en productos y procesos reales.
- Expertos en ética y gobernanza de IA: que aseguran el uso responsable y transparente de las tecnologías de inteligencia artificial.
- Científicos de datos con enfoque en negocio: que traducen insights en decisiones estratégicas y valor comercial.
- Desarrolladores con visión multidisciplinaria: capaces de integrar IA, ciberseguridad, UX y producto en soluciones innovadoras.
Frente a estos cambios, ¿cómo están reaccionando las universidades? La respuesta varía según la región y la institución. Algunas reconocen la necesidad de transformación y han comenzado a incorporar en sus programas cursos de machine learning, ética en IA, ciencia de datos y habilidades blandas como el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración. En Miami, por ejemplo, varias universidades como FIU y University of Miami han ampliado sus programas relacionados con transformación digital, inteligencia artificial y ciberseguridad, además de crecer como polos para startups tecnológicas y ecosistemas innovadores.
Desde mi experiencia como consultor en IT y socio co-fundador de Ipatagonic, considero que el desarrollo de las personas es clave en esta etapa. Formarse y estar preparado siempre ayuda, pero hoy, más que nunca, es fundamental. Si no contamos con las herramientas necesarias para estar a la vanguardia y adaptarnos a los cambios, nos quedamos atrás rápidamente. La capacidad de aprender, reinventarse y adquirir nuevas habilidades es lo que marcará la diferencia en un mercado que evoluciona a la velocidad de la tecnología.
Algunas instituciones han ido más allá, creando alianzas con empresas tecnológicas para ofrecer programas duales, laboratorios de innovación y programas de especialización en IA, ciberseguridad y transformación digital. Sin embargo, aún persiste la brecha entre lo que se enseña y lo que realmente se necesita en la práctica: habilidades de adaptación, pensamiento estratégico y capacidades de resolución de problemas en entornos complejos.
Estamos en un momento crucial para repensar cómo enseñamos y qué habilidades priorizamos. La pregunta más importante no es solo qué conocimientos debemos transmitir, sino cómo podemos preparar a las nuevas generaciones para que sean creadores, líderes y responsables en un mundo cada vez más influenciado por la inteligencia artificial.
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