El Hospital Beilinson desarrolla un instituto pionero integrativo para el tratamiento y la investigación del cáncer en Israel que incorpora novedosas tecnología basadas en data science


En el comprometido mundo de la investigación en oncología, donde cada avance puede traducirse en años de vida ganados para los pacientes, el Hospital Beilinson, parte del Centro Médico Rabin en Israel, se ha reafirmado como un centro pionero cuya innovación científica merece especial atención por parte de la comunidad médica de Latinoamérica.

Recientemente, el Hospital Beilinson aseguró un aporte sin precedentes de 34 millones de dólares para la creación del Instituto Pionero Integrativo del Cáncer Samueli. Esta iniciativa es exclusiva en su enfoque, ya que integra no solo la biología molecular y clínica, sino también la data science, inteligencia artificial y ciencias del comportamiento para abordar el cáncer como un fenómeno multidimensional. Este instituto no solo aspira a modificar protocolos de tratamiento, sino a revolucionar la forma en que entendemos y tratamos al cáncer, generando un conocimiento traslacional que conecta laboratorio, clínica y paciente en un ciclo permanente de innovación.

Uno de los hallazgos destacados provenientes de los laboratorios y clínicas afiliados a Beilinson, en colaboración con la Universidad de Tel Aviv, ha identificado un rol paradójico de los neutrófilos —células del sistema inmune conocidas por combatir infecciones— que en ciertos contextos no solo fallan en su función original sino que promueven la progresión del cáncer de mama. Publicado en “Nature Cancer,” este descubrimiento abre una nueva ventana clínica: utilizar estas células no solo como biomarcadores para detección precoz y estadificación, sino también como potenciales objetivos para terapias innovadoras, especialmente en formas agresivas y HER2-negativas de cáncer mamario. Para la oncología latinoamericana, este conocimiento podría traducirse en tratamientos más específicos y personalizados que mejoren substancialmente la supervivencia y calidad de vida.

Más allá del laboratorio, Beilinson se ha transformado en un ecosistema de innovación médica. Su nuevo centro de innovación habilita el desarrollo de tecnologías propias, desde simuladores para procedimientos quirúrgicos complejos hasta modelos impresos en 3D que permiten planificar y ensayar intervenciones neurovasculares. Esto es particularmente relevante para el manejo de tumores cerebrales y metástasis que requieren máximos niveles de precisión.

Finalmente, en un contexto geopolítico desafiante, el hospital ha demostrado su compromiso con la atención médica ininterrumpida abriendo un hospital subterráneo equipado con 200 camas, UCI y unidades de diálisis, asegurando que los pacientes oncológicos y críticos continúen recibiendo atención especializada sin interrupciones, una lección valiosa sobre resiliencia sanitaria.

Para los oncólogos y médicos latinoamericanos, la experiencia del Hospital Beilinson representa una fuente inagotable de inspiración y colaboración. Su apuesta en la convergencia de múltiples disciplinas, tecnologías avanzadas y un compromiso ético inquebrantable con el paciente, no solo establece un nuevo estándar en el tratamiento del cáncer, sino que también invita a estrechar lazos científicos y a incorporar estas innovaciones disruptivas en la praxis clínica regional.

El Hospital Beilinson no solo está iluminando el camino para la cura del cáncer, sino que está construyendo un puente estratégico para que los avances más exclusivos en biomedicina alcancen a las poblaciones que más lo necesitan. La comunidad médica de Latinoamérica tiene en este centro un aliado clave para seguir avanzando en la batalla mundial contra esta enfermedad que toca a millones.

También formarán parte del instituto los integrantes del el equipo clínico del Centro Davidoff, el primer hospital oncológico del país, que trata a uno de cada siete pacientes israelíes con esta enfermedad.

El objetivo será «fusionar los ejes que rodean a los pacientes, sus familias y el entorno con los ejes de la enfermedad, contrario al enfoque común que se centra solo en la enfermedad», explicó el profesor Gal Markel, director del Centro Davidoff y presidente del nuevo instituto.

La novedosa aproximación a la enfermedad, añadió Markel, «conducirá a avances desde el nivel molecular al digital, con el objetivo de curar y prolongar la vida de los pacientes con cáncer, al tiempo que se mejora su calidad de vida».

Fundado en 1936, el Beilinson trata a más de 500.000 pacientes cada año, cuenta con un personal de más de 4.500 profesionales médicos y de apoyo y realiza más del 70 por ciento de todos los trasplantes de órganos en Israel.

Por Futuro Salud Latam, desde Israel.


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