Un artículo de MARTA GÓMEZ publicado en consalud.es responde a la pregunta.
Los gastos destinados a la investigación espacial siempre son polémica por parte de la población mundial. Considera que debería invertirse ese dinero en otras partidas como la investigación en salud.
Pero, quizá, lo que desconozcan es que los proyectos espaciales han supuesto un antes y un después en el ámbito de la Medicina y en el desarrollo de nuevas tecnologías médicas. De hecho, la Medicina es la segunda ciencia más beneficiada por la carrera espacial.
La microgravedad de los laboratorios orbitales posibilita la creación de moléculas de futuros nuevos fármacosLos viajes espaciales han creado importantes retos para la Fisiología y la Biomedicina. Por ejemplo, la microgravedad de los laboratorios orbitales posibilita la creación de moléculas de futuros nuevos fármacos imposibles de fabricar en la Tierra. Esto abre un gran campo de posibilidades para la farmacología.
Una curiosa aportación de la NASA al “formato” farmacológico es el de los parches transdérmicos. Fueron desarrollados contra el mareo de los astronautas y, en la actualidad, se ha convertido en una vía de administración farmacológica muy utilizada.
RADIACIONES Y CÁNCER
Las expediciones espaciales tripuladas han planteado la necesidad de investigar en profundidad los efectos de las radiaciones en el organismo. Así, en el Centro de Astrobiología de Madrid se han realizado estudios en los que se ha demostrado un aumento en la incidencia de cáncer y cataratas en astronautas que participaron en viajes espaciales en los años 60 y 70, sobre todo en aquellos que formaron parte de las misiones lunares.
Los cristales producidos en el espacio pueden ser utilizados para crear los componentes atómicos de la albúminaNo obstante, la Oncología no sólo se ha servido de investigaciones relacionadas con la radiación, sino también de estudios sobre la ingravidez y determinados componentes. El equipo de Dan Carter, en la NASA, descubrió que los cristales producidos en el espacio podían ser utilizados para crear los componentes atómicos de la albúmina, una proteína humana esencial. Ante este hecho, en 1997 fundaron la empresa New Century Pharmaceuticals, y sus hallazgos llevaron al desarrollo de una técnica de combinación de fármacos contra el cáncer.
Respecto a la ingravidez, experimentos realizados en el espacio han demostrado que las células cancerígenas no se multiplican en estado de ingravidez.
Continuar leyendo