En diez años desde que lleva implantada la modalidad de prescripción electrónica de los medicamentos, ya se entregaron 120 millones de unidades en Málaga. En Aragón, en solo dos años, ya llevan 23 millones de medicamentos dispensados bajo la modalidad de receta electrónica.
La principal ventaja de este sistema de prescripción y dispensación electrónica es que evita a los pacientes, especialmente a aquellos que tienen una enfermedad crónica, tener que acudir a su médico sólo para que se les expida las recetas de continuación de sus tratamientos.
Así, en un único acto, el médico puede prescribir los fármacos que estime necesario y en la cantidad que el usuario necesite para cumplir la pauta y duración del tratamiento.
Una de las ultimas comunidades en implantar el Sistema de Receta Electrónica, es la aragonesa, que lo empezó a instaurar en febrero de 2012 con el objetivo de controlar de forma más exhaustiva los medicamentos que necesita el paciente.
El proceso de implantación se ha ido realizando de forma paulatina y culmina con su funcionamiento a pleno rendimiento, ya que se han retirado un total de 7.747.609 de recetas electrónicas en todo Aragón y se han producido más de 23 millones de dispensaciones en 738 farmacias aragonesas.
Así, se han dispensado recetas electrónicas en 128 farmacias de la provincia de Huesca, 108 de la provincia de Teruel y 502 de la provincia de Zaragoza. A ello se une su uso en 765 consultorios y 122 centros de salud así como su dispensación a más del 70 por ciento de la población aragonesa.
La conocida como e-receta fue puesta en marcha por el Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia del Gobierno Aragón a finales de febrero de 2012 cuando se inauguró en Cariñena (Zaragoza), y después de ponerse en marcha en 21 zonas de salud del medio rural, se inició en Zaragoza ciudad, en concreto en Valdefierro y Parque Goya.
Desde entonces, se ha ido instaurando en las diferentes zonas básicas de salud aragonesas con la finalidad de consolidarse como un sistema cómodo y seguro de prescribir y dispensar los medicamentos que permite un gasto farmacéutico ajustado al consumo real ya que sólo se dispensan los medicamentos que necesita el paciente.
Además, se trata de un sistema con ventajas en la eliminación de trabajo burocrático para los facultativos de atención primaria, el aumento de la seguridad del paciente, ya que el sistema valida que la dispensación es correcta, la incorporación del farmacéutico como un agente de salud y la eliminación de las visitas innecesarias del paciente a buscar recetas a los centros de salud.
Fuentes: Europapress, Infosalus