Roberto Canessa: sobreviviente de los Andes y cardiólogo infantil

club-de-lectura-2314672w620A los diecinueve años, junto con Nando Parrado, Roberto Canessa dejó atónito al mundo en diciembre de 1972, cuando aparecieron vivos en Chile tras escalar la cordillera de los Andes durante diez días, para guiar el rescate de sus catorce amigos atrapados en el fuselaje, dos meses después que el avión en que volaban se estrellara contra las montañas.

Se graduó como médico cardiólogo pediatra y formó una familia. Fue galardonado tres veces con el Premio Nacional de Medicina en Uruguay y en 2015 fue designado Honorary Fellow of the American Society of Echocardiography.

Además de dictar conferencias de liderazgo para empresas, actualmente es jefe del Departamento de Ecocardiografía y Cardiología del Hospital Italiano de Uruguay y colabora con una red integrada por prestigiosos colegas en todo el mundo.

Además acompaña el trabajo voluntario de madres y familiares de chicos con cardiopatías congénitas, quienes crearon la Fundación Corazoncitos, una organización sin fines de lucro que tiene por objetivo apoyar a niños con cardiopatías congénitas en Uruguay.

Entrevista al Dr. Roberto Canessa

– ¿Cómo es el acceso a los tratamientos de niños con cardiopatías congénitas en Uruguay, considerando su alto costo y la necesidad de tal vez tener que viajar para hacer complicadas cirugías en el exterior? 

– En Uruguay hay una ley del Fondo Nacional de Recursos por la que todos los niños tienen derecho a cirugía cardíaca.

– ¿ Y cómo ves vos la situación del sistema de salud en ese sentido?

– La realidad es que nosotros no miramos los resultados de África. Miramos los resultados de Boston, el centro número uno del mundo, el Mercedes Benz de la cardiología. Pero si vos vas en un Fiat muchas veces vas y venís sin problema. El asunto es no mandar una uña encarnada a otro lado. Las cirugías más difíciles tienen más riesgo de vida. Lo importante es que cada niño tenga su oportunidad y eso se está haciendo en Uruguay y creo que en Argentina también.

– Si, en Argentina está el Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas

– Sí, yo conozco a todos los médicos del Hospital Garrahan, es admirable su labor. Pero tenemos que entender la situación de nuestros países. Mucha gente me pregunta ¿cómo es la medicina de Uruguay en comparación a la de Estados Unidos? Y yo respondo que es como las carreteras. Nosotros tenemos una sola para ir de Montevideo a Punta del Este, allá hay autopistas con cuatro vías para llegar a un mismo lugar.  Por supuesto que es mucho más cómodo con mejores carreteras y también menor es el riesgo. Pero lo importante es mejorar nuestros sistemas de salud. Y que cada cual tenga acceso a lo que puede. Que vengan médicos de afuera y que nos enseñen, algo que se hace  desde la época de René Favaloro y que nos ayuden que la sociedad se concientice que tiene que dar prioridad a ciertos pacientes. La definición de economía es «necesidades ilimitadas para recursos limitados», lo que obliga a preguntarse en qué quiere la sociedad gastar su dinero. Y ésta es un área muy sensible.

– ¿Se movilizan los pacientes para conseguir recursos?

En Uruguay tenemos la Fundación Corazoncitos que busca poder mejorar toda esta parte de la cardiología. Recientemente se pudo comprar un aparato, el primero en Uruguay, que permite que un niño que tiene el corazón y el pulmón enfermo pueda seguir teniendo su  sangre en circulación durante semanas mientras se recupera el corazón y el pulmón. Esto nos va a permitir salvar más niños por año. Pero también debemos aceptar que la gente se va a seguir muriendo, van a seguir habiendo enfermedades… Es lo mismo que aprendí en los Andes: unos sobreviven y otros no.

– ¿La experiencia de los Andes te volvió un médico más sensible?

-Puede ser. Lo importante es tener la paz espiritual de haber hecho todo lo posible. Que las madres me digan como me dicen: » lo peor que podría haberme pasado en la vida no es que se haya muerto mi hijo sino que nunca hubiera existido». Esto me lo dijo una madre de uno de los compañeros de los Andes y me lo dijo la madre de un niño, de Tomás que murió a los 8 años de vida. Esa madre está en la fundación corazoncitos ayudando a otros niños y tiene esa paz espiritual.

 

Acerca del libro Tenía que sobrevivir (publicada en Club de Lectura Revista Ohlala!)

Esta conversación fue publicada en mi Blog literario  a propósito de Tenía que sobrevivir, su libro recientemente publicado , en coautoría con Pablo Vierci (Planeta, 2016). Espero que les guste.

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– ¿Leíste El hombre en busca de sentido, de Víctor Frankl? Me evocó mucho ese libro.

– Sí y encontré unas partes muy interesantes como cuando dice que en la adversidad del campo de concentración no se suicida porque no tiene el valor de enfrentar la muerte. Cuando van al lado de la fosa él tenia la opción de tirarse ahí. Creo que el libro habla de que no es el cómo sino por qué haces las cosas.

– Contame sobre Pablo Vierci, su trabajo literario en el libro es impecable. Me pareció notar que los paralelismos, las comparaciones, los remates en ciertos párrafos tenían una gran precisión.

-Pablo es escritor. Estaba en el mismo colegio que nosotros, en la clase de Nando Parrado, así que siempre acompañó nuestra historia. En este libro, que tardó diez años en hacerse, al principio se planteó una historia ficticia. Con personajes inventados. Pero después, al empezar a escribirlo Pablo dijo, no, los que te acompañaron siempre fueron tus pacientes, son mucho más poderosos los personajes reales. Y así decidimos incluir los relatos de mis pacientes y sus familias.

– Fue un proceso muy profundo…

– Claro. En la elaboración de este libro descubrí muchas cosas inconscientes que tenía adentro y no me había dado cuenta. Viste que vos vas funcionando y no sabes los porqué de muchas cosas. Pablo hizo muchos estudios de psicoanálisis y la teoría le sirvió para interpretar. A veces pensamos que sabemos las cosas y hay muchas más cosas que no conocemos. Creo que este libro las está sacando.

– La transmisión del mensaje, cómo transformar el dolor.

– La alegría es una cosa que hay que inculcarse, que se trabaja. Todos tenemos momentos tristes y alegres pero si tenemos la suficiente actitud podemos tener esa alegría contagiosa. La gente se acerca a las personas alegres. Mejor ser imán que atrae y no que repele.

– En la segunda parte del libro, los pacientes y sus madres, hablan de vos como un ser muy espiritual. Que les transmite fuerza. Y te confieso que a mí me pasa algo de eso… Es muy difícil describir la intensidad de conocerte a vos es. ¿Te ves como un líder espiritual? Porque quieras o no quieras, un poco lo sos.

– No, no compro nada de eso. Pero está buenísimo que se inspiren.

– Se nota eso de no tener ninguna intención. Hace unos años, estuve acá en una habitación como esta entrevistando a un gurú estadounidense que hace seminarios de transformación personal y también participé de los seminarios. Mirá que yo creo mucho en las energías, en lo sutil. Pero esa vez me sentí como frente al personaje de Whoopi Goldberg en Ghost. Con vos siento mucha verdad en lo que transmitís. Supongo que está relacionado con tu profesión como cardiólogo. Despierta mucha admiración.

 

 

– Bueno, la verdad es que nosotros también damos muchos seminarios internacionales de motivación para empresas o grupos que nos llaman. Vengo de dar uno en una compañía la semana pasada. El que más se dedica a eso es Nando. Pero creo que a esta altura yo siento que ya logré todo. Me invitaron a Harvard, a todos esos lugares, si me para un policía porque iba sin luces o me mandé una macana en el tránsito, me dice doctor siga adelante,siga salvando vidas. Ahora me gusta disfrutar de la vida, poder charlar contigo, este momento.

– ¡Qué bueno, porque a mí mas que preguntarte cosas que seguramente te preguntaron tantas veces me da más ganas de aprovechar y pedirte consejos de vida.

– Eso es algo que pasa mucho con nuestra historia, es una historia que la gente se apropia.

– Te quería preguntar por ejemplo sobre la educación de los hijos. Viste que uno como padre a los hijos le dice «yo ya me las sé todas», un poco les hace creer que tiene todas las respuestas. ¿Cómo fue para vos?

– En mi casa hay días en que mi mujer les dice hoy no vayas a hablar con papá porque hoy está el héroe de los Andes, no le des ni pelota. Pero han pasado cosas que te demuestran lo sabios que son los chicos. Una vez a Hilario le preguntaron ¿lo admirás a tu papá por lo de los Andes? Y él respondió a papá lo quiero mucho porque va a trabajar todos los días para que a nosotros no nos falte nada. Adhiero a lo que decía Winston Churchill: el ejemplo no es una buena manera de enseñar, es la única.

– Nunca sentiste que estabas fracasando, que se te descarriaban…

– Y bueno, una noche se mamó y se llevó puesta una columna y yo le dije pelotudo, que hiciste te salvaste de pedo, pero es lo que hacen los jóvenes normalmente. También Lauri los supo educar, es el ejemplo. Si vos laburás y tenés un sentido para tu vida, ellos pueden tener una época crazy pero después vuelven. Además tu labor es educar no que te salgan bien, haces lo que podés, no sos dueños de tus hijos. Sí, pienso que es bueno transmitirles que si tuvieron más oportunidades que los demás tienen que hacer algo bueno con sus vidas. Lo bueno es generar alegría en el otro. Ser un banco de cosas buenas para los demás.

Continuar leyendo en Club de Lectura Revista Ohlala!

 

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